Entre las entrañas de la noche...
ENTRAÑAS:
La casa está dormida, las ventanas tienen bajadas las pestañas y
la lavadora emite sus ronquidos fuertes y constantes.
Todo está sumergido en la noche.
Todo
menos tú y menos yo.
Y como amantes del nocturno, nos miramos como en el sueño de una velada trágica, en la que las paredes transpiran, los cuadros sueñan profundamente, y las puertas se entreabren y entrecierran con su respiración habitual: tranquila y pausada.
La noche se apodera de mí.
Y yo me apodero
de la noche.
Y entre esa noche me
miras.
Hasta que
yo vuelvo a desvanecerme…