Impredecible

Mis pensamientos van más allá de las fronteras del entendimiento humano. Nadie puede comprender lo que se esconde en los recovecos de mi mente, ni siquiera el más sabio del mundo, ni siquiera yo.

Veo las cosas de manera tan distinta, miro el cielo con otros ojos, veo los atardeceres pasar como si fueran las etapas de una vida eterna. Escucho a la lluvia pues es la mejor música que podrían oír vuestros oídos. Contemplo ensimismada el color de cada pétalo de cada flor, puedo distinguirlos todos por parecidos que parezcan. Escribo pues es la única forma de dejar mi trocito de magia en el mundo. Dibujo por la misma razón, en cada trazo pienso que te estoy retratando a ti, puesto que así siento que estás más cerca de mí.

Siento, siento tanto… Mi corazón es tan impredecible, que yo misma me asusto. Puedo comprender infinidad de cosas, menos el secreto de tus caricias. Puedo hacer tanto por el mundo y a la vez noto que soy insignificante, como un pequeño rayo de luz en un oscuro abismo.

Veo mi vida girar como un disco de vinilo, siempre estoy tan segura de todo y a su vez tengo tantas dudas... ¿Lo estaré haciendo bien? Solo puede decírmelo mi imprevisible alma. A saber qué gritará en estos momentos de soledad y malestar.

Vivo en un océano repleto de sirenas e ingenuos marineros, pero yo no pertenezco a ninguno de los dos mundos. Indiferente y ajena ante todo y todos, como si fuera el frío de una lágrima.

Las personas siempre me miran extrañadas intentando comprender lo profundo de mi pensamiento, pero en vano, se alejan decepcionadas y yo sonrío para mí misma, para mi pluma y mi papel.

Sophía...*