Noches de insomnio...
Estaba tirada en la cama, el arte había huido de las noches, abrió la ventana y aspiró la última calada.
Las melodías nocturnas habían desaparecido y ya no le molestaba ni el ruido de los grillos, ni las voces de los vecinos subnormales que entraban por la ventana.
Había ruido de fondo, simplemente ruido, el único acompañante de los paseos nocturnos en su mente.
Ella quería vivir pero, siempre terminaba allí tumbada dejándose absorber por la inercia, por el insomnio absorto de recuerdos, de imágenes de las que se podrían sacar mil palabras; las mil palabras que él nunca pronunciaría.
Sólamente escribía para dejar entrar todo eso en su cabeza. Cada noche lo mismo, el mismo tiempo perdido recordando, aún sabiendo que no aparecería nada útil.
Afrontaba que cada noche fuera igual; siempre la misma historia, la única visión, el único pensamiento, la única imagen que cada noche evocaba, lo único que conseguía todos los días en su trance.
Veía arder las chispas de la última colilla mientras pensaba en lo vacías que estaban sus noches de insomnio...
Sophía
Las melodías nocturnas habían desaparecido y ya no le molestaba ni el ruido de los grillos, ni las voces de los vecinos subnormales que entraban por la ventana.
Había ruido de fondo, simplemente ruido, el único acompañante de los paseos nocturnos en su mente.
Ella quería vivir pero, siempre terminaba allí tumbada dejándose absorber por la inercia, por el insomnio absorto de recuerdos, de imágenes de las que se podrían sacar mil palabras; las mil palabras que él nunca pronunciaría.
Sólamente escribía para dejar entrar todo eso en su cabeza. Cada noche lo mismo, el mismo tiempo perdido recordando, aún sabiendo que no aparecería nada útil.
Afrontaba que cada noche fuera igual; siempre la misma historia, la única visión, el único pensamiento, la única imagen que cada noche evocaba, lo único que conseguía todos los días en su trance.
Veía arder las chispas de la última colilla mientras pensaba en lo vacías que estaban sus noches de insomnio...
Sophía
