Escondite de Otoño
Hay veces en las que se necesita un sitio en el que nadie te
encuentre. Un lugar en el que puedas ver a los demás, pero ellos no puedan
verte, un espacio donde seas invisible.
Estaría siempre metida allí dentro, pensando, meditando, tranquilizándome cuando me enfado. Al salir, vería las cosas de otra manera porque después de experimentar la soledad, todo lo demás te parece bueno. Después de experimentar ese estado, de vez en cuando llama a la puerta.
Estaría siempre metida allí dentro, pensando, meditando, tranquilizándome cuando me enfado. Al salir, vería las cosas de otra manera porque después de experimentar la soledad, todo lo demás te parece bueno. Después de experimentar ese estado, de vez en cuando llama a la puerta.
Entonces salgo de casa, camino rápido por la calle
mientras el frío me cala los huesos y miro al frente pensando en mi destino, sólo el sonido de los zapatos perturba mi pensamiento. Al fin el parque,
solitario.
Instintivamente me siento en el lugar donde abrazados, el sol te
quemaba la cara. El silencio se hace notar porque únicamente el viento lo interrumpe
y consigue que aún se perciba más esa música como es el no-ruido. La
hierba se convierte en la mejor cama, el césped está húmedo pero no importa,
sólo necesito cerrar los ojos para que el mundo empiece a desvanecerse…
De repente el alrededor se evade y llega mi Nunca Jamás, mi País
de las Maravillas en blanco y negro donde nada es injusto,las personas no son
corruptas, ni engañan, ni estafan;no existe la hipocresía ni la falsedad. En ese
momento de calma, la respiración es lenta y pausada y va al ritmo de mi mente,
que viaja a ese lugar en el que el tiempo gira del revés y sólo importa que las
estrellas te escuchen.
Pero a menudo, como ocurre en los cuentos, hay algo que perturba
mi estado de ensoñación.
Pum Pum Pum
(Pasos)
Algo se acerca, ha encontrado mi escondite y asustada, abro
los ojos…
Ya ha llegado.
-Hola realidad.
Sophía