Mi primer reloj...
Hace un tiempo, las horas volaban, pasaban
rápidas las velas de los cumpleaños y daba igual que el tiempo transcurriera sin
cesar. Todo el mundo de los adultos carecía de importancia, era más fácil soñar,
crear mundos
nuevos, creer en la magia y la fantasía, imaginar a las hadas.
Pero un día todo
cambió cuando me regalaron mi primer reloj, el primero que tenía, ¿no era
maravilloso? Hasta que con él llegaron las responsabilidades y las obligaciones, una limitaciones
unidas a las agujas que regirían mi vida para siempre.
Irónico, ¿verdad?
Tengo un reloj
-Tic tac-
Pero antes tenía el tiempo…
Sophía
PD: De vez en cuando deberíamos tirarlo por la ventana.