Regalos para regalar
¡Oh! Ya tengo todos los regalos empaquetados, ¡qué ilusión!
Por fin he encontrado el adecuado para cada persona.
El tuyo te lo di por adelantado, espero a ver acertado. Aunque después de dos años y medio se me está poniendo un poco más difícil, pero debo agradecer a mi íntima amiga Originalidad que siempre me echa un cable entre susurros en el momento oportuno.
Creo que hace más ilusión regalar que recibir. A mí me gusta ver las miradas de las personas correspondientes de dicha sorpresa, después de semanas de búsqueda. Me gusta que sonrían, que se alegren, que se sorprendan, hasta que no les convenza demasiado.
Hay personas que dicen que les regalan regalos malos. Yo pienso que se equivocan. No, no hay regalos malos, hay regalos mejores y peores, pero un regalo nunca puede ser malo, porque en ese pequeño obsequio se muestra una persona.
Las personas, como espejos, se reflejan en pequeñas cosas: en la forma de apreciar una flor, en cómo conducen, en su forma de soñar las nubes, pero sobre todo en cómo preparan los regalos.
Un regalo va más allá del aspecto comercial del paquete con el lazo. Un regalo se puede encontrar en cualquier parte si sabes observar con atención. A veces no nos damos cuenta de lo bello que es despertarse y notar su presencia a centímetros, de poder mirar el cielo y volar, del abrazo de un amigo, del beso de una madre, de las palabras regaladas, de vivir lo que tantas personas no pueden...
Toda la vida es un regalo que nos permiten compartir. Regalémosla.
Sophía