Bañera
Bañera:
¿Adónde vamos cuando nos dejamos
abandonar por la realidad? ¿Viajamos? ¿Volamos? ¿Vamos avanzando hacia un
camino oscuro que se va encendiendo a cada paso, mostrándonos realidades que
existen únicamente en lo más profundo de la mente? ¿O esa realidad trasciende a
lo propio? Puede haber tantas realidades en mi cabeza como universos perdidos
porque, a fin de cuentas, ¿qué es el espacio? ¿Qué es el tiempo? ¿Existen
realmente? ¿Podemos escapar de ellos? ¿Sólo los dejamos ir únicamente cuando cerramos
los ojos y perdemos el control sobre nosotros mismos?
Estoy en la bañera, aguanto la
respiración y me sumerjo… Espacio… Tiempo… Sonido… Vista… ¿Todas estas cosas se
mezclan y crea esta realidad en la que existo? ¿O precisamente porque existo es
por lo que hay una realidad? Todo está difuminado, entremezclado. Los sonidos
del primero reverberan en el agua, o igual son los del quinto, no importa. La
silla se mueve, físicamente el sonido se expande y choca con diversos
obstáculos hasta llegar a mi bañera, reverberando hasta mis oídos. Pero, ¿y si
un factor falla? ¿Si el sonido no llega a producirse aunque el vecino haya
arrastrado la silla? Si no existe el tiempo de reverberación, ¿seguiría
existiendo el sonido bajo el agua? No. Y si la silla no ha llegado a
arrastrarse, ¿qué escucho? ¿El agua? ¿Mi presión sanguínea? ¿El espacio? Si la
silla no se mueve, ¿qué es lo que me cerciora que sigo en la realidad? ¿La
ausencia de oxígeno? ¿ Mi consciencia? ¿La misma que me abandona cuando duermo?
¿Estoy durmiendo? ¿Por qué no estoy durmiendo? ¿Por qué pienso y escribo? ¿Y si
no estoy escribiendo? ¿Y si sigo bajo el agua y no han llegado a mover ninguna
silla? ¿Sigo viva?
Sophía