Vulgar Poética
Vulgar Poética:
La poesía fluye por la ciudad y hay veces que todas las personas, en mayor o menor medida, tienen una historia que contar, que contarme:
El hombre de la esquina,
la dependienta que fuma
deprisa un cigarro mirando el cruce,
las niñas jugando con las rayas del paso de cebra, los padres apresurados que miran hacia atrás y cogen a sus hijas de la mano,
las niñas jugando con las rayas del paso de cebra, los padres apresurados que miran hacia atrás y cogen a sus hijas de la mano,
el chico con el sombrero de paja
que va en bici y los adelanta,
la adolescente que masca chicle y
habla por el móvil y que,a su vez,
mira de reojo ese sombrero de paja tan raro,
el abuelo del banco que, con la
mirada fija en la adolescente, se queja del impacto de la tecnología en los jóvenes.
El niño que lleva temeroso el
carro de la compra, sujetando el dinero con la otra mano, como si de una misión
muy importante se tratara,
la vecina de la terraza del segundo
que observa al niño y riega las plantas,
el señor que sale del supermercado
con dos cajas de cereales.
El perro que corre,
las hojas que se mueven en un remolino,
el sonido del autobús,
los colores de los
coches: gris, rojo, blanco, negro y otra vez gris.
Todo. Todo se compone en una
sinfonía perfecta y yo yo sólo soy la chica que
escribe en una parada de autobús, mientras ve perderse la poesía en la calle.