Tragaluz:
Hoy la mañana se ha despertado perezosa, con pocas ganas de
brillar, se ha levantado sin intención de destacar, como si fuera un día más
del calendario en el que el otoño llueve sobre las aceras.
El asfalto es más oscuro y la luz de los semáforos se nubla
con esa fina capa de lluvia que envuelve el ambiente, ese telón que va cayendo lentamente
tras el acto final.
El cielo encapotado parece obligarme a que me levante con el
pie izquierdo, de mala gana, sin sonrisas ni esa vivacidad que parece
sorprenderte a veces.
Sin embargo, como sucede a menudo, me da por romper los
esquemas: saliendo a la terraza con un zumo y la música puesta, meditando sobre
la vida y sus casualidades, sonriendo por dentro mientras la humedad se filtra
en mi mente despejando los problemas.
A veces, parece imposible cómo un pequeño detalle puede
cambiar el rumbo de un mal día, haciendo de tragaluz dentro de una habitación en penumbra. Gracias...