Seda
Tu vestido de seda blanca vuela con el viento, liberando a los
dientes de león que conceden deseos. Cierra los ojos muy fuerte y sopla como si
fueran velas de cumpleaños.
Roza, con tus
uñas rojas, la hierba húmeda gracias a las pasiones de las estrellas y observa
la curiosa forma de las nubes iluminadas por la luna.
Escucha la
música de los grillos junto al sonido melancólico de las noches, canta la
canción de otoño que tiñe las hojas de los árboles y mécete en tu mar de pensamientos.
Ahora,
¡levántate! Gira y gira, baila al compás de las luciérnagas hasta el amanecer
número cuarenta y tres.
Sophía...
PD: Como en el Principito...
PD: Como en el Principito...