Princesita de cristal:
La princesita de cristal estaba derrotada, su cansado cuerpecito reposaba en una cama de sábanas blancas, mientras miles de hadas y bonitos recuerdos le susurraban al oído. La princesa los ignoraba, pues lo único que quería era descansar sobre el mar de sus pensamientos y sentimientos, observando desde la orilla del tiempo perdido, cómo los amores, naufragaban al igual que barcos en mareas vertiginosas.
Atrapada en un corazón cambiante, el alma de la joven, deseaba salir a volar entre el viento y el mar. Compañera de la magia y la fantasía, la princesita de cristal recitaba versos al aire, con la esperanza de que algún día, algún ser luminoso hiciera que el sol no dejara de ponerse nunca y que las nubes fueran eternamente blancas y rosadas…
La princesa se había olvidado de llorar. Pues tantas lágrimas recorrieron sus blancas y tristes mejillas, que centímetro a centímetro la marcaron de frialdad…Ahora solo la música sonaba en su alma.
La pequeña ya duerme, vuelve al lugar donde las penas son olas que chocan contra las ásperas rocas, las que una vez fueron testigos de su amor.