Profano
Profano:
me mostraste que no hay ente más
diligente,
ni consciencia más regia y humana,
en el mundo.
Vivo en las recónditas paradas de
tu mente,
en el orgullo refinado que paseas
por tus calles,
tus calles que son como venas, y
tus latidos
como los míos: delicadamente
acelerados.
Tú, me miras con la edad de la
distancia,
pero te turbas al llegar a mis
labios vetados
y tus años se esfuman y la idea se
desvanece,
se derrite, cual tiempo, y sobre
mi cuerpo pace.
Siento en el costado tu saliva
lasciva
como la espina que se clava y que sangra,
corroída por el nocivo mal que
padece,
pero con un matiz placentero que
arde.
Tú, desde las alturas me sonríes con
alevosía,
dibujas finos trazos, en mi
corazón a besos,
una promesa que me arrastra al
infierno idealista:
estamos demasiado cerca para
sentirnos desde lejos.
Sophie