Once upon a time

Érase una vez, una musa que vivía atrapada en una bola de cristal. Ella sólo quería escapar muy muy lejos de allí con la única persona que amaba en el mundo... Pero sufría una terrible maldición de un cruel brujo del sur: Olvidaría a su amor, y sólo lo recordaría en sueños, sin poder observar su silueta con claridad… condenada a vivir en un recuerdo mientras deambulara sin rumbo en un mundo de reglas injustas, en un lugar en el que la realidad se anteponía a la fantasía; una realidad terrible en la que las sonrisas eran falsas, en donde las palabras mal usadas acobardan y sin piedad alguna apagaban la luz de los niños inocentes y sin embargo, otorgaban el poder a unos malcriados egoístas.

La joven lloraba a la luna que se alzaba sobre su pelo dorado, sobre su mirada penetrante. Sus palabras y sus versos eran dulces pero estaban impregnados de nostalgia y de dolor. Cada noche los lanzaba al viento, con la esperanza de que algún día él los escuchara.

Pero las flores se marchitaban, y por cada segundo que pasaba setenta lágrimas diferentes caían al suelo…

Sophía